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¿Conocemos al completo tus prendas? Seguro que en tu armario guardas al menos un par de vaqueros.
Pese a que parezca una pieza de ropa básica, esconde un algún que
otro secreto.
Centramos nuestra atención en la zona de los bolsillos. Y vemos un bolsillo grande en el que seguramente acaben las monedas que te han sobrado del café o algún ticket de la compra. Dentro de este, se esconde un bolsillo pequeño cuya razón de ser te desvelaremos.
Pero ahora vamos más allá. Pues nos fijamos en los botones que se sitúan a los extremos de los bolsillos. Lo cierto es que existe una razón de peso para su existencia.
Estos pequeños remates se colocaron para evitar el desgaste que los bolsillos sufren cuando nos sentamos, hacemos movimientos bruscos con las piernas, o transportamos algo en ellos. Si los bolsillos se rompieran, se arruinaria estos pantalones y viviríamos un momento un tanto embarazoso.
La idea de estos detalles de cobre se le ocurrió a Levi Strauss, quien en 1829 decidió incorporarlos antes la queja de los mineros cuyos pantalones se rompían en esa zona.
Puede que no tengan otra utilidad más, pero parece que resultan
imprescindibles.
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